La exposición más reciente del museo, de duración limitada, Love in a Dangerous Time (Amor en una época peligrosa ), arroja luz sobre la lucha por los derechos de las personas 2SLGBTQI+. Esta exposición destaca la lucha y el triunfo que tuvieron lugar entre los años 1950 y 1990 a través de historias de primera mano, fotos y activaciones interactivas.

A medida que avanzaba, me iba deteniendo para asimilar cada historia. Algunas exhibiciones celebran la resiliencia, mientras que otras son recordatorios clave de la discriminación y las dificultades a las que se han enfrentado las personas durante lo que ahora se conoce como la Purga LGBT.

La Manta de los Testigos es otra parte del museo que me impresionó. Esta exposición presenta más de 800 objetos donados por supervivientes de internados y sus seres queridos para reconocer el impacto de la época de los internados.

Al acercarme a la exposición, lo primero que noté fue su tamaño. Al acercarme, me sorprendió el significado de cada objeto. Cada pieza lleva su propia historia, ya sean trenzas de pelo que se cortaron o zapatos que se han dejado.

Me tomé mi tiempo para examinar cada una de las piezas. Antes de irme, me invitaron a escribir mis pensamientos para unirme a la conversación por la reconciliación.

Después de explorar algunas de las exposiciones más pesadas, agradecí la oportunidad de hacer una pausa, descansar y reflexionar. Nos detuvimos en algunos de los espacios diseñados específicamente para eso.

El Jardín de la Contemplación es una zona tranquila e impresionante. Su diseño, con estanques de agua tranquila y exuberante vegetación, da la sensación de estar entrando en otro mundo. Me quedé aquí para disfrutar de la quietud y dejar que la calma se apoderara de mí.

Otra zona que merece la pena visitar es Cloud Coffee. Cogí unas bebidas calientes y me senté en las mesas habilitadas mientras comentaba con una amiga lo que habíamos vivido a lo largo del museo. Fue un momento sencillo, pero exactamente lo que necesitábamos antes de adentrarnos de nuevo en el tramo final del museo.

La sorprendente arquitectura del Museo Canadiense de Derechos Humanos es sin duda una de mis razones personales para visitarlo. Desde fuera, la mezcla de piedra y cristal lo convierte en uno de los monumentos más reconocibles de Winnipeg. El edificio parece querer mirar hacia arriba, con la Torre de la Esperanza simbolizando un futuro mejor para todos.

Dentro del edificio, la propia arquitectura cuenta una historia. Al entrar, nos recibe un suelo teñido de rojo, con grietas que recuerdan a la arcilla seca de las orillas del río. Es un símbolo de la tierra que pisamos. A medida que se avanza por las galerías, las rampas de alabastro, suavemente iluminadas, se entrecruzan hacia arriba a lo largo de 800 metros, convirtiéndolo en un viaje realmente pintoresco y simbólico, que guía al visitante a medida que se adentra en las exposiciones.

El trayecto termina en la Torre de la Esperanza Israel Asper, que se eleva 100 metros hacia el cielo. Desde el mirador se puede contemplar el centro de Winnipeg, una forma perfecta de terminar la visita.

Si viene de visita a Winnipeg o incluso si es residente, el Museo Canadiense de Derechos Humanos es una parada que no querrá perderse. Para más información sobre entradas y exposiciones, visite su sitio web.